Durante la infancia, los niños saltan, juegan y practican todo tipo de deportes, por lo que es habitual que en algún momento se produzca un rotura parcial de un diente o la pérdida por completo del mismo. 

Ante estos casos, lo mejor es no perder los nervios y acudir a una clínica dental especializada, donde te ayudarán a saber el estado de la pieza dental y la forma de darle solución.

Qué lesiones pueden producirse

Pueden producirse diferentes lesiones dentales.
Estas son algunas de ellas, las cuales los padres pueden identificar y que requieren atención inmediata.

  • Rotura del diente (fractura dental): puede ser casi imperceptible a un trozo grande.
  • Desplazamiento del diente: el diente puede desplazarse lateralmente, hacia fuera o hacia dentro.
  • Caída del diente por un golpe.
  • Heridas en los labios o la lengua.
  • Fracturas Óseas: en accidentes graves puede afectarse el hueso que sujeta los dientes

Qué puedo hacer si mi hijo se rompe un diente

  • Mantén la calma y concéntrate en el bienestar del niño.
  • Lava la herida cuidadosamente con agua.
  • Observa que daños se han producido.
  • Si hay heridas en los labios o la lengua haz compresión con una gasa para detener el sangrado.
  • Si los dientes se han visto afectados lleva al niño a un dentista infantil.
  • En casos más severos es recomendable acudir a un servicio de urgencias pediátrico.

Complicaciones

Aunque el niño no se queje de dolor el diente puede infectarse en los días o meses siguientes. Debes vigilar la aparición de:

  • Inflamación en la encía.
  • Aumento prematuro de la movilidad del diente.
  • Aparición de un granito de pus.
  • Cambios de color en el diente (amarillo, marrón, gris o rosa). En ocasiones los golpes en los dientes de los bebés pasan desapercibidos hasta que los padres detectan un cambio de color.

¿Y si se ha roto un diente de leche?

En el caso de los dientes de leche, la solución pasará por colocar un aparato de quita y pon con un diente provisional hasta que empiece a crecer la pieza dental definitiva.

De este modo, el niño no verá alterada la estética de la sonrisa y podrá comer y hablar con normalidad.

Una vez en la consulta del odontopediatra éste evaluará la situación y realizará el tratamiento más adecuado y realizar el seguimiento posterior para valorar la evolución del diente