Que un niño jugando se caiga y rompa un diente, es algo muy habitual. La rotura de dientes en los niños es uno de los casos de urgencias dentales más habituales en nuestra consulta de la clínica dental Samprodent en San Blas. A pesar de lo escandaloso que puede resultar, no es una dolencia grave.

¿Qué debemos hacer si el niño rompe un diente?

Lo primero y más importante, MANTENER LA CALMA. El niño va a llorar (algunos incluso gritar), sangrará bastante y de ahí la importancia de mantener la calma para tranquilizar al niño. Cuanto más relajados nos vea a nosotros, más seguridad le transmitiremos al niño. Es un trabajo dificil, lo sabemos, pero es muy importante no perder los nervios en este momento.

El segundo paso más importante, es acudir rápidemente a un dentista cercano. Especialmente si se ha roto el diente por completo y no se trata de un diente de leche. De ello dependerá poder recuperar el diente o perderlo.

¿Fractura parcial o total?

Los dientes con más probabilidad de romperse son los incisivos centrales superiores, las conocidas como paletas. Habitualmente son los niños entre 7-10 años que realizan una actividad deportiva los que tienen más probabilidad de tener accidentes.

Fractura parcial:

Si tan sólo se rompe un trozo de diente, es decir, si se trata de una fractura parcial, lo que haremos será recoger rápidamente el trozo de la pieza dental, limpiarlo y guardarlo (o guardarlo y después limpiarlo). Enjuagaremos la boca del niño con agua para eliminar restos de tierra, etc y le colocaremos una compresa fría para contener la inflamación.

Si llevas el trozo caído a la consulta del dentista, el odontologo intentará unirlo al resto del diente. Se trata de la intervención más sencilla, rápida y estética. Si no se puede unir por cualquier cosa, el trozo perdido se reconstruirá con un material especial.

Fractura total:

Si el diente se ha desprendido por completo lo recogeremos y guardaremos intentando no tocar la raíz, lo enguagaremos con agua y lo sumergiremos en un vaso de leche fría para conservarlo. Pondremos a nuestro hijo un compresa fría donde se ha producido el golpe y taponaremos la cavidad del diente con una gasa o servilleta para frenar el sangrado (bastante escandaloso).

En el caso de que se pierda un diente definitivo, se intentará reimplantar en la cavidad que ha dejado. Si se ha realizado con éxito, el dentista tendrá que evaluar su evolución en el tiempo durante, al menos, un par de meses.